de esperanza,
que enternece la mística vida;
engrandeciendo ventura,
dando sosiego, a la soledad arcana;
¡es por ello!, que la ilusión,
a brotado de lo más profundo
de los corazones;
es por ello que hoy
escucho los clamores de sus latidos
que gime y llora;
envuelta entre los mantos rojos
de las costillas,
agolpando, ensanchando,
para unirse a mi pecho,
.... para amarte eternamente.
Soy como la visión negra,
tan negra y sombría,
como una caverna umbría,
que neciamente persigue,
el fluir de su candor,
candor misterioso,
que imagina mi mente;
¡tan puro!,
¡tan maravilloso!,
como el alma en plena
armonía.
¡Es está! la eterna melancolía,
que divaga por doquier;
alimentándose
y lastimándose,
de nostalgia y dolor;
que herida quedo,
después de tanto
desorden de placer
y desgaste emocional.
¿Qué es la eternidad?
acaso eres tú eterna,
o eres simplemente,
el espejismo sin cabida.
Ya nada es igual,
más es el engaño fatal,
de inútil ilusión, que pugna,
con la pálida ansiedad;
ansiedad de conocer,
el saber del mañana,
de quien o quienes
somos nosotros,
que engañándonos,
nos sujetamos,
a la cruel visión
de la eternidad.
¡Solo me encuentro, solo!
escuchando estas tonadas
musicales,
que proporciona alucinación
¡me encuentro imaginándome!
en el infierno de la cruel soledad,
del porque impregnado,
queda; este espejismo malévolo,
que angustiosa consume,
lentamente;
carcomiéndome,
como un fatal virus de vanidades;
solo me dejo llevar,
por la visión negra
o realista;
que poco a poco,
azota mi alma.
¡Oh alma mía!,
no dejes que corrompan,
tú divino sosiego,
no........ no..
la soledad es... la soledad es...
¡yo no sé qué es!,
simplemente se,
que me está matando,
lentamente;
y que nadie podrá sostener,
este aliento sin cabida,
que se queda muy herida.
No soy el mismísimo,
maniático depresivo;
soy justo con la soledad,
que en mi se encuentra postrada;
no quiero consagrarme a ella,
solo quiero liberarme de aquella,
y huir a un claro desengaño.
Estoy solo, lo sé,
solo..., solo....,
solo al final de este abismo,
absolutamente solo, eternamente,
¡todos nos encontramos solos!
somos extraños;
pero más extraño es el dolor,
que brota del corazón,
cuando a perdido la esperanza;
esperanza, de encontrar
el verdadero deseo vehemente.
¡Inmunda maleza delirica!
que en mí pensamiento atrofia y enreda;
la lujuria del sarcasmo,
proviniendo de está miserable decepción,
que castiga con depresión.
Por: Juan Jose Curicama Naula
"El por Siempre Ulises"
Odisea de un Amor Nefasto
Quito - Ecuador
