en aquel paradisíaco lugar,
amándote por siempre,
deslizándome lentamente por tu cuerpo hecho
arte,
por esas finas y lisas curvas de tu piel.
Tal-vez te amé locamente,
como solo los dioses lo saben hacer,
en aquel jardín de jazmines,
entre finos telares de seda,
y con bellos cantares de ángeles.
Tal-vez llegue el día aquel,
que, entre canciones y poesía,
declame en tu lecho,
pidiéndote que me cobijes con tus brazos,
y me beses hasta quitarme el aliento.
Tal-vez aquel instante decisivo,
en que nos escapemos,
volemos al sueño prometido,
donde te amé hasta llegar al éxtasis,
y que se rompa el silencio que nos ata.
Tal-vez algún día,
mientras tanto te espero,
en el umbral de mi alcoba
bajo este cielo, bajo las estrellas,
sin condiciones, sin ataduras.
¡Eternamente tuyo!
Por: Juan José Curicama Naula
“El Por siempre Ulises”
ODISEA DE UN AMOR NEFASTO
Quito-Ecuador