Gozaba en la delicia de los encantos más misteriosos del alba mía,
En tanto, los sueños iban embarcándose a inciertos lugares del desplacer;
Opacando la vileza que estropea mi magnificencia de complejo poder;
Vanidad es lo que era, no podía aceptar esta mi derrota que era indigna,
Aunque nadie ha pregonado, posible caos de la esperanza, sigo abarcando nostalgia,
Nadando en el oscuro vació, del desperfecto humano,
Ansío la empalagues de mis ojos, para frustrarme del desastre inmisericorde.
Sentado estoy, bajo estos matorrales que me fingen con su sombra; ¡apacibilidad!
Insensata, cobarde y mentirosa, es ahora la naturaleza, con los seres que nos postramos a ella,
Livida u hosca, me atesora con lo egoista y superficial, que quiere fundirme a la debilidad,
Viene acechandome, desde cuando pude utilizar mi razonable creacion omnipotente,
In perpétuum, esta la enmarañada materia que roe, como mutiladoras polillas,
Astutas y malévolas, clamaran que os unáis a este degolló infernal, para acabaros.
Días de angustias, se sigue aproximando, y no saber cuales son los causantes del exterminio:
Inclementes o perceptivos, cual es la verdadera palabra para manutención de esclavos,
Acaso ya se ha perdido al fin, la dignidad de los seres vivos, me entumece esta ligereza:
Zafios, tullidos, enclenques, oprobiosos, mórbidos, que mismo es esta confusión maquiavélica, que se postra sonriente.
Para: La Adorada Mía, Con Mucho Cariño.
Por: Juan José Curicama N.
“El Por Siempre Ulises”
ODISEA DE UN AMOR NEFASTO
Quito-Ecuador