No era hermosa,
pero tampoco era fea,
pero me gustaba, su tez fina.
No era inteligente,
pero tampoco era estúpida,
pero me gustaba su silencio.
No era tan grato,
pero tampoco era un disgusto,
pero me gustaba su presencia.
No era flaca,
pero tampoco era voluminosa,
pero me gustaba su expresada figura.
No era perfecta,
pero tampoco era ridícula,
pero me gustaba, su nariz tan única.
No era tan destellante,
pero tampoco era tenue,
pero me gustaba el brillo de sus pupilas.
No eran tan carmesí,
pero tampoco eran pálidos,
pero me gustaba, sus delicados labios.
No es que sea tan razonable,
pero tampoco soy tan loco,
pero aun la busco en el umbral de mi alcoba.
No entiendo, ni quiero entender,
pero tampoco quiero saber
porque te has desvanecido,
¡oh amada mía!
Juan Jose Curicama
"El por Siempre Ulises"
ODISEA DE UN AMOR NEFASTO.
Quito-Ecuador